10 cosas que debes exigir como cliente de un Centro Ecuestre
Si eres propietario de un caballo, estás aprendiendo a montar o eres un aficionado ocasional que eventualmente hace una ruta a caballo, seguro que alguna que otra vez has estado en uno de esos sitios que…. bueno. Dejan mucho que desear.
Es posible que no te hayas dado cuenta, a veces el desconocmiento, las prisas o la emoción del momento nos hacen no darnos cuenta de cosas o mirar hacia otro lado. Caballos flacos, instalaciones sucias, manejo inapropiado… Son cosas que pueden fácilmente pasar desapercibidas cuando llegas a tu clase con prisa o te dispones a hacer una maravillosa ruta por el campo para desconectar de una semana dura.
Es especialmente dificil porque, tratándose de caballos, a veces ni siquiera sabemos lo que es importante y nos ponemos en manos de la persona que se ocupa del centro dándo por hecho que su criterio será mejor que el nuestro, porque no en vano son profesionales de esto.
Seguro que cualquiera de nosotros se echaría las manos a la cabeza si apunta a su hijo a clases de mate y descubre al profesor amenazando con goleparle los nudillos si no se sabe la tabla del 6. Es una reacción instintiva porque en nuestro sistema de valores y creencias hay una referencia clara y consolidada sobre lo que aceptamos y no aceptamos en esa situación. Pegar al niño un reglazo es un método del pasado que en 2017 simplemente no aceptamos.
No pasa lo mismo con los caballos. Por ese motivo uno de los objetivos de Equitación Despierta es ayudar a crear esa referencia, esa linea que no estamos dispuestos a pasar, esa lista de cosas inaceptables que como clientes de un servicio no queremos tolerar. Por supuesto se podrían añadir o cuestionar muchos de estos puntos (¡y os animamos a usar los comentarios para hacerlo!), pero allá va nuestra aproximacióna las cosas que creemos que como cliente debes exigir a cualquier centro o profesional ecuestre.
1. Caballos en su peso
Un caballo «de tanda» en los huesos y poco musculado es una imagen muy común en muchos centros, sin embargo un caballo obeso y poco trabajado es igualmente un animal que no está preparado para cargar con un jinete inexperto durante horas. Para el ojo inexperto es fácil pasar por alto un caballo gordito, aquí unas referencias de un caballo flaco, gordo y en su peso.
2. Caballos sanos
Los caballos precisan de unos cuidados sanitarios básicos para mantener su estado de salud, revisiones veterinarias, herrajes o recortes regulares, desparasitaciones. El pupilaje puede o no incluir estos servicios, si el servicio lo presta personal del centro debes asegurarte de que las personas que se ocupan de ello son profesionales, si el servicio no está incluido debes garantizar el libre acceso y zonas de trabajo para que los profesionales de tu elección hagan su labor. Si visitas el centro para rutas o clases es dificil que puedas valorar el estado sanitario de los caballos, a menudo sólo pasas un ratito en el centro y no sabes si todo esta en orden a no ser que haya problemas, eso si, animales enfermos o heridos no pueden trabajar, si sospechas que tu caballo no está en condiciones para la actividad que estás realizando, pide que lo atiendan y te asignen otro caballo.
3. Caballos adecuados al nivel / actividad
El entrenamiento y forma física del caballo determinan totalmente el tipo de actividades que podremos desarrollar con ellos. Un jinete inexperto necesita un caballo tranquilo y bien domado, que responda a las ayudas con suavidad y no se caliente. Un jinete que busca largas jornadas de campo necesita un caballo con una resistencia adecuada y que haya sido insensibilizado a los númerosos estímulos que encontrará en campo abierto. Si crees que tu caballo no se adapta a tu nivel o actividad, no dudes en pedir alternativas.
4. Agua a libre disposición
Un caballo debe tener libre acceso a una fuente de agua dulce limpia las 24h del día. Fuentes estancadas, sucias o poco accesibles para el animal pueden provocar que no beba lo suficiente con el consiguiente riesgo de deshidratación. Si el caballo va a pasar varias horas encerrado en el box, este debe obligatoriamente contar con bebederos automáticos que el caballo pueda activar con el hocico para disponer de agua limpia y fresca en cualquier momento.
5. Dieta adecuada
Los caballos deben alimentarse fundamentalmente a base de pasto o heno (hierba seca). Esta dieta puede complementarse con otros forrajes o con piensos y cereales pero la base de una correcta alimentación SIEMPRE debe ser pasto o heno. Si tu pupilaje no incluye esta opción la dieta de tu caballo será deficitaria. Por si acaso aquí una referencia visual para diferenciar el heno de la paja, tened en cuenta que el color del heno puede no ser tan verde, pero siempre serán hebras más finas y mezclando varias hierbas.
6. Horas de libertad
Un caballo necesita libertad, no importa lo mucho que te digan lo confortable y calentito que resulta su box de 3×3 en invierno o lo blandita y cómoda que resulta su cama de paja. El caballo necesita horas al aire libre y contacto social con otros caballos para su salud física y mental. Los pupilajes en box son totalmente desaconsejables y generan numerosos problemas a tu amigo peludo. Siempre que puedas elegir busca un padock, o mejor un padock paradise o un pupilaje en semilibertad. Si no eres propietario también descubriras que tus clases o rutas son mucho más satisfactorias a lomos de un caballo feliz que vive libre y en manada.
7. Instalaciones limpias
Tanto tú como tu caballo (o los caballos que te acompañan en tus rutas o clases) os merecéis un nivel aceptable de higiene. A veces el hecho de que montar a caballo sea una actividad «de campo» nos lleva erroneamente a aceptar un nivel de suciedad totalmente innecesario. Obviamente un picadero no es un laboratorio, pero unas cuadras que se limpian cada día no pueden acumular tres palmos de desechos. Asegurate de poner de manifiesto en tu centro si no estás conforme con el nivel de higiene.
8. Zonas de trabajo adecuadas
Las diferentes pistas y zonas de trabajo deben estar correctamente delimitadas y niveladas y deben contar con un suelo adecuado (normalmente sintético o de arena) libre de piedras, agujeros o otros materiales peligrosos para caballo o jinete. Una buena forma de valorar la dureza de la pista es observar la pisada del caballo, una buena pista debe permitir que se marque la huella sin que el casco llegue a hundirse. Cualquier elemento de apoyo como barras de tranqueo, obstaculos, o vallados debe ser seguro para el animal y para el jinete evitando materiales como alambres de espino, hierros punzantes o maderas astilladas.
9. Material adecuado
Si el centro te proporciona el material de trabajo (silla, cabezada, casco…) debes exigir que esté en buen estado, tanto para tí como para el caballo. Una cincha roida puede provocar heridas y rozaduras y unos latiguillos en mal estado pueden dar con tu cuerpo en el suelo en cualquier momento. Aseguráte de que ambos váis cómodos y seguros. Si el centro no te proporciona el material deberá disponer de un lugar adecuado para guardarlo, libre de humedad y polvo, accesible en todo momento y con las condiciones de seguridad adecuadas.
10. Manejo respetuoso
El manejo del caballo es a menudo el indicador más claro del tipo de centro en que nos encontramos, cuando los caballos son ramaleados a tirones, reciben golpes o gritos constantes y se «trabajan» a trallazo limpio podemos estar seguros de que la persona encargada no tiene los conocimientos suficientes. El desconocimiento y el miedo son los ingredientes clave detrás de un manejo agresivo y esto es algo que no debemos aceptar.
Esta lista no pretende ser una guía incuestionable, hay muchos más puntos que podríamos añadir pero en Equitación despierta creemos que estos 10 son un buen «mínimo exigible», como clientes tenemos el enorme poder de exigir una calidad mínima en los servicios y trato (a nosotros y a los animales) y aunque no exista una regulación específica o un standard oficial de calidad, entre todos podemos trazar la linea para buscar una mejora y profesionalización del sector ecuestre.
¡Esperamos vuestros comentarios!